El Tesoro Oculto de la Navidad Mexicana
Los romeritos son el secreto mejor guardado de la Navidad mexicana. Esta hierba silvestre, bañada en mole y acompañada de tortas de camarón seco y nopales, es un platillo ancestral que combina lo prehispánico con lo colonial. No es el más famoso, pero pregunta a cualquier mexicano y verás cómo se le iluminan los ojos al recordar los romeritos de su abuela.

Limpia los romeritos: retira los tallos gruesos y lava muy bien en varias aguas. Son arenosos por naturaleza. Hierve en agua con sal durante 15-20 minutos hasta que estén tiernos. Escurre y reserva.
Prepara las tortitas de camarón: remoja los camarones secos en agua caliente 10 minutos, escurre y muélelos ligeramente (deben quedar trozos). Separa las claras de las yemas.
Bate las claras a punto de nieve. Añade las yemas una a una, la harina y los camarones molidos. Mezcla suavemente.
Calienta aceite en una sartén y fríe cucharadas de la mezcla formando tortitas pequeñas. Dóralas por ambos lados y escurre sobre papel absorbente.
Prepara el mole: disuelve la pasta en el caldo de pollo caliente, batiendo para evitar grumos. Cocina a fuego medio 20 minutos hasta que tenga consistencia de salsa espesa.
Incorpora al mole los romeritos cocidos, las papas cambray, los nopales y las tortitas de camarón. Mezcla con cuidado para no romper las tortitas.
Deja hervir suavemente durante 10 minutos para que todos los sabores se integren. El mole debe cubrir todos los ingredientes.
Sirve en platos hondos, asegurándote de incluir tortitas, papas, nopales y romeritos en cada porción. Corona con ajonjolí tostado.
Los romeritos de la tradición oaxaqueña
Este plato alcanza su máxima expresión cuando se prepara con mole de verdad, no de sobre.
El secreto de los mejores romeritos está en no sobre-cocinar la hierba. Debe quedar tierna pero con cierta textura, no deshecha. Y el mole debe ser abundante: los romeritos deben nadar en él, no apenas cubrirse.