El Abrazo Picante de México
Las enchiladas son México en un plato: tortillas bañadas en salsa de chile, rellenas de lo que el corazón desee, gratinadas hasta la perfección. Este plato tiene raíces prehispánicas y ha evolucionado en mil variantes regionales, pero todas comparten esa capacidad de hacerte sentir en casa, sin importar dónde estés.

Tuesta ligeramente los chiles en un comal o sartén seca hasta que estén aromáticos (cuidado de no quemarlos). Remójalos en agua caliente durante 20 minutos hasta que estén suaves.
Asa los tomates, el ajo y la cebolla en el mismo comal hasta que estén ligeramente quemados. Esto añade profundidad ahumada a la salsa.
Licúa los chiles escurridos con los tomates asados, ajo, cebolla, comino, orégano y una taza del agua de remojo. Debe quedar una salsa tersa.
Cuela la salsa y cocínala en una olla con un poco de aceite durante 10 minutos, removiendo frecuentemente. Ajusta sal y añade agua si está muy espesa.
Calienta aceite en una sartén y pasa cada tortilla brevemente (5 segundos por lado) para suavizarla. No deben quedar crujientes.
Sumerge cada tortilla en la salsa caliente, rellena con pollo, enrolla y coloca en una fuente de horno. Baña con más salsa.
Hornea a 180°C durante 15 minutos. Sirve con crema, queso desmoronado y cebolla en rodajas.
Enchiladas de restaurante mexicano
Las mejores enchiladas tienen secretos que las abuelas mexicanas guardan celosamente.
El secreto de las enchiladas que no se deshacen está en pasar las tortillas primero por aceite caliente y luego por la salsa, nunca al revés. La capa de grasa protege la tortilla y evita que absorba demasiado líquido y se rompa.